Casalmaggiore, cuyos orígenes probablemente se remonten a la época de los longobardos, a partir del Medioevo se convierte en un activo puerto comercial gracias al cual en 1427 asume la condición de "tierra separada". La importancia y el rol de referencia territorial de Casalmaggiore fueron luego reconocidos por María Teresa de Austria en 1754 quien le otorgó el título de "ciudad". Desarrollada alrededor de la plaza central, con calles y plazas a las cuales se asoman casas y palacios de sobria elegancia, Casalmaggiore presenta las características típicas de la pequeña ciudad padana.
El Torrione se erige como testimonio sobreviviente de las antiguas fortificaciones. La piazza Garibaldi, con el Palazzo Comunale y el característico "Listone" de piedra blanca, constituye el centro de la vida ciudadana, atestado lugar de encuentro y de manifestaciones públicas. Apenas un poco más alejada se erige la imponente mole del Duomo.