Tierra de historia y cultura

Casalmaggiore, cuyos orígenes probablemente se remonten a la época de los longobardos, a partir del Medioevo se convierte en un activo puerto comercial gracias al cual en 1427 asume la condición de "tierra separada". La importancia y el rol de referencia territorial de Casalmaggiore fueron luego reconocidos por María Teresa de Austria en 1754 quien le otorgó el título de "ciudad". Desarrollada alrededor de la plaza central, con calles y plazas a las cuales se asoman casas y palacios de sobria elegancia, Casalmaggiore presenta las características típicas de la pequeña ciudad padana.

El Torrione se erige como testimonio sobreviviente de las antiguas fortificaciones. La piazza Garibaldi, con el Palazzo Comunale y el característico "Listone" de piedra blanca, constituye el centro de la vida ciudadana,  atestado lugar de encuentro y de manifestaciones públicas. Apenas un poco más alejada se erige la imponente mole del Duomo.

Ciudad de arte, museos y naturaleza

Toda la ciudad abunda en obras de arte, conservadas en las numerosas iglesias y en la casa de Giuseppe Diotti, convertida en museo, famoso pintor neoclásico nacido en Casalmaggiore. La verdadera particularidad de todo el territorio nacional es el Museo del Bijou, que reúne objetos producidos  localmente entre 1887 y 1970, cuando en Casalmaggiore se encontraban las más importantes fábricas del sector.

Lugar de visita obligado es el Santuario della Madonna della Fontana (la virgen de la fuente), apenas fuera de la zona habitada, de estilo gótico lombardo, con frescos que se atribuyen a la primera mitad del quinientos y espléndidos altares de  escayola. Aquí se conserva la tumba del Parmigianino.

El Po, el principal río italiano, fluye a pocos metros del centro histórico y crea un marco sugestivo para todos los que visitan la ciudad y sus alrededores.